Uno de los primeros libros
ilustrados que pude tener entre mis manos fue El cazo de Lorenzo de la maravillosa Isabelle Carrier. No sé, si fue casualidad o una gran suerte, pero
después de tantos leídos, sigue siendo mi favorito.
El cazo de Lorenzo,
nos muestra el día a día de un niño con diversidad
funcional. Y es precisamente eso lo que busca la autora.
Desde hace años,
tanto educadores como asociaciones, están buscando que la sociedad entienda y
acuñe este concepto. Porque con él, se apoya la autonomía en todos los ámbitos
de la vida (social, educativo, laboral, etc.), dando las herramientas
necesarias para que cada persona pueda llevar el control total de su vida.
Lorenzo,
el protagonista, es un niño que siempre lleva con él su cazo rojo. Éste, le
impide llevar el mismo ritmo que los demás niños.
A
pesar de todas las capacidades que Lorenzo tiene (capacidades artísticas,
sensibilidad, etc.), el resto de personas sólo se fijan en su cazo y eso es
algo que a él le enfada. Por ello, intenta esconderse del mundo que le rodea.
Pero
se encuentra con una persona extraordinaria (tal y como redacta la autora), que
le hace ver que todos tenemos nuestro pequeño cazo, y que solo hay que aprender
a “convivir” con él y a ver los puntos fuertes de cada persona para
potenciarlos.
Para ver la capacidad pero no la
discapacidad, para ver lo válido que puede ser una persona pero no la
minusvalía.
Es
un libro adecuado para la lectura a cualquier niño, puesto que de una manera
acertada, la autora, lo describe e ilustra de una manera sencilla que nos hace
ponernos en la piel de Lorenzo.
Por
eso, os invito a todos a leerlo y si sois educadores a trabajarlo, porque
seguro que os gustará.
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