lunes, 17 de febrero de 2014

Yelow-Wood un buen lugar para desconectar

¡Hola chicos!

Hoy os vengo hablar de un pequeño hotelito con encanto del cual he podido disfrutar este fin de semana pasado.

Mi chico me tenía preparada una sorpresa por San Valentín y no ha podido acertar más. Me llevo al hotel Yelow-wood en El Tiemblo
Se trata de un lugar con un encanto especial, nada más llegar, nos recibieron con una gran sonrisa, y he de decir que el trato durante los dos días que estuvimos allí ha sido de lo más agradable y familiar

Lo primero que hicieron fue enseñarnos las estancias del hotelito, un comedor interior con chimenea, y otro comedor con una enorme cristalera desde el cual se puede ver el río.

Luego nos subieron a la habitación, la nuestra era la número uno, y era ¡enorme!, dos cama juntas haciendo de matrimonio, otra cama pequeña, televisión, aire acondionado y calor, el baño tiene bañera hidromasaje y salida a una terraza tan grande como la habitación. 

Es una pena que hiciera frío, pero en primavera y verano, con la mesita y las sillas que tienen, debe ser una delicia estar en ella y ver las vistas tan bonitas que hay.


El pack que cogió mi chico por San Valentín, incluía la noche en el hotel, cena y desayuno. Y puedo decir que la comida, ¡está deliciosa!
Es cierto que tanto a mi novio como a mí, nos gusta comer, disfrutamos comiendo. Por ello, aprovechamos cualquier momento para disfrutar de una buena comida. Y por ello, puedo comparar con muchos sitios, y he de deciros que tanto la elaboración de los platos como la maestría del cocinero son espectaculares.

Para empezar, tengo que contaros que la decoración del comedor fué muy bonita. Ya que era el día de los enamorados, pusieron una luz muy tenue y farolillos rojos con velas que adornaban cada rincón. ¡No podía ser más perfecto!.

La comida espectacular, mezclaban el sabor tradicional de la cocina con pequeños toques novedosos y la verdad que fué un acierto. Además todos los productos que utilizan en su cocina son de la zona, y se notó en la calidad de la comida que nos dieron. 

Para la cena de San Valentín, nos pusieron entrantes para compartir (bombón de foie, nos lo trajeron con forma de corazón y me encantó el contraste de sabor del foie con el chocolate, cóctel de marisco y ensalada de espinacas con fresas y queso), éste último entrante fue el gran descubrimiento de la noche, ¡nos encanto!.
Nunca habíamos probado la espinaca cruda, y el contraste con las fresas y el vinagre con la que aliñamos fue espectacular. ¡Ya lo he metido dentro de mi cuaderno de recetas!
De segundo podíamos escoger entre salmón con queso manchego y secreto ibérico con salsa de mostaza y miel y de postre tomamos sorbete de limón con gajos de mandarina y adornados con chuches de corazón. También nos dieron café y una copita de cava para brindar.

Es una pena, porque estábamos tan contentos y tenía todo una pinta increible que me olvidé de hacer alguna foto para poder enseñaros la presentación que tenían los platos, y por supuesto, ¡la pinta que tenían!.

Quedamos muy contentos con la cena y el ambiente que nos prepararon. Pero es que el desayuno estuvo igual de bien. Mucha variedad, bollería recién hecha y tostadas, yogures, queso fresco y tomate, fruta, etc., ¡y una mermelada casera de cerezas riquísima!

Sólo de pensar lo que os voy escribiendo se me hace la boca agua. 

Esta cerquita de Madrid, por lo que es ideal para escaparse un fin de semana. Está en uno de los mejores lugares para visitar el Embalse del Burguillo, Pantano de San Juan, San Martín de Valdeiglesias, el Tiemblo y su castañar, Valle de Iruelas, etc.

Para mí, ha sido una muy buena experiencia. Me encantan estos pequeños hoteles donde lo esencial es hacer pasar al cliente una buena estancia, primando la cercanía entre la gente del hotel y sus clientes.

Por ello, pudímos conocer a Kim e Isabel. Nos contaron el proyecto y las diferentes ideas que tienen para el hotel. Reciclan todo, admiten mascotas, ofrecen productos locales favoreciendo el crecimiento de negocios de la zona (carne, huevos, vinos, quesos, etc.), realizan bancos de alimentos, y organizan actividades como montar en caballo y cuidado del medio ambiente. Incluso los fines de semana, realizan pequeñas actividades de inmersión lingüística.
Me parecío tan buen proyecto y el trato fué tan bueno que he decidido contaróslo por si os apetece pasaros a conocerles. Además, dentro de poco, creo que a principios de Marzo, son los famosos carnavales de Cebreros a solo unos kilometros de donde se encuentra Yelow-Wood, asique si os animáis, prometo que os gustará.

En definitiva, un San Valentín muy especial. Descansamos un montón, desconectamos del día a día y el ambiente fué maravilloso. Asique sin lugar a dudas volveremos.

Un besito a todos.



4 comentarios:

  1. Cristina, simplemente fantástica tu entrada del blog, todo al detalle. Me alegro de veras de que lo pasaseis tan bien. Muchas gracias por venir a conocernos y por apoyarnos tanto. Un abrazo. Isabel

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  2. Me ha encantado la entrada! Todo super bien descrito, tanto que me he imaginado todos los platos y cada rincón del hotelito. Yo conozco el Tiemblo, hace muchos años que estuve alli, pero no tenía ni idea de que guardase rincones tan espectaculares!

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    1. ¡Me alegro de que te haya gustado! La verdad que es una zona fantástica para pasar unos días. Hay mucho que ver.
      Gracias por pasarte por el blog.

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