Como comenté en la entrada anterior, quería abrir con tranquilidad a mi preciosa Blythe.
Y ya no es que quisiera, es que ayer, al ir abriendo poco a poco todo lo que viene en su interior, me dí cuenta lo difícil que es hacerlo por lo bien embaladas que vienen. ;)
Cloe ya me miraba con ganas de salir. Y es que había hecho un largo viaje.
Lo primero que hice fue sentarme en el suelo de mi habitación porque era el mejor sitio para empezar a desembalar. Coloqué las tijeras a mano, y la cámara de fotos.
¡Y he de reconocer que me volví loca con tantas fotos!
Empecé sacando todos los accesorios que trae mi Simply Delight. Sus botas rojas y las mallas,
¡me encantan!.
Con mucho cuidado, saque a Cloe, (que sensación tan rara y a la vez espectacular, cuando la toque).
Es curioso lo que sentimos cuando anhelamos algo con tanta fuerza, cuando pasamos tantas horas leyendo y viendo fotos, cuando sólo una vez hemos visto alguna en persona, etc.
Cuando por fín tocamos una y encima es nuestra, no nos lo podemos creer). :)
Lo primero que ví es que, como ya todos sabéis, su pelo necesita ir urgentemente a la peluquería ;).
Cada mechón de pelo tiene una altura diferente y evidentemente, tengo que lavárselo porque viene muy grasiento.
Aún así, le he puesto su ropita y la he llevado hasta su casa para que vaya conociendo su pequeño hogar.
¡Y parece que le ha gustado!